viernes, noviembre 03, 2006

EL JUICIO: Capítulo 3 – La Audiencia en Tribunales

Primero que todo, debo decir que estas semanas han sido demasiado saturada de cosas y estreses, razón por la cual no sólo no he escrito en este blog, sino que además no he visitado a las personas que acostumbro a leer…, pero pretendo retomar mis rutinas porque me gusta mucho compartir con todos los que aquí estamos….

Bueno, y siguiendo con la historia que les he ido narrando en “EL JUICIO”: Capítulo 1 y Capítulo 2, aquí les cuento como salió todo en este 3º capítulo de este historia….

***

Stgo. 23 de Octubre de 2006

Por fin llega el día que tanto odiaba pero que a la vez esperaba con tantas ansias, sólo quiero que todo esto termine de una vez y poder seguir con mi vida normal… ¿pero después de hoy… podrá ser “normal”??

Al igual que la citación anterior tuve que madrugar más que de costumbre, pero al menos esta vez no tenía que ir con M.I. (mi hija), lo que aliviaba un poco la tensión.

Desde ayer he estado haciendo toda una preparación para el día de hoy…, concentrándome y metalizándome, aclarando ideas y anotándolas en un cuaderno por si la Jueza me pide hablar, no vaya a ser que con los nervios se me olvide todo y pierda una oportunidad sagrada. Terminé de recopilar unos documentos importantes y también medité, para bajar mis revoluciones y mentalizar la rabia que tengo hacia este tipo (JC, el progenitor de M.I.), sí, debo lograr controlar mi cara de repulsión sin importar las barbaridades que este mitómano diga sobre mí a la Jueza, en frente mío y sin arrugarse. No puedo permitir que me vean sobrepasada por mis emociones, eso sería darle el triunfo él.

La citación es a las 9 AM, lo que calzó justo con dejar a la M.I. lista para el colegio en su liebre escolar, no quise contarle a ella que hoy era el día del juicio, aunque como si lo intuyera me preguntó si sabía la fecha en que sería, pero calle porque no quiero que esté nerviosa en su colegio pensando en qué está pasando en tribunales, a si que como cualquier día me despido de ella y luego parto a toda prisa a encontrarme con mi mamá, quien como siempre, me acompaña en los momentos más difíciles.

Creo que de algo sirvió toda mi meditación de ayer, ya que hoy me encuentro nerviosa pero tranquila, bueno, además debo confesar que antes de salir me ayudé con un relajante muscular, nada fuerte, necesito estar lúcida (no soy estúpida tampoco), pero algo que me ayude a estar más tranquila y clara.

Nos subimos al metro, como siempre lleno, y no nos tardamos en llegar al lugar acordado, que es el mismo edificio donde hace un par de semanas atrás tuve que traer a M.I. a declarar (capítulo II), a si que el lugar ya no es desconocido para nosotras, lo que nos permite desenvolvernos de manera más segura…., y a diferencia de la vez anterior, no nos toca fila alguna para entrar, “otra buena señal” pienso. Pasamos decididas, lo único que nos detiene es el pito que sonó cuando paso por debajo del detector de metales, me tengo que devolver y vaciar mi cartera…., constatan que no soy un peligro para el edificio y me dejan entrar.

Caminamos por esos largos pasillos llenos de puertas hasta el ascensor, donde apretamos el piso 3, y comenzamos a subir, el ambiente es tenso, internamente tenso, yo y mi mamá no hablamos, pero sabemos lo que estamos pensando. No puedo dejar de imaginar y sentir los miles de conflictos encerrados entre esas paredes…., gente paseándose por todas partes con sus mentes aproblemadas y sus cuerpos tensos…tal como nosotras.

Al salir del ascensor, nos encontramos con la misma sala que vimos cuando fuimos con M.I., es el mismo lugar, lo que hace que no me sienta tan perdida, ya sé dónde dirigirme. Al llegar a ese lugar una de las primeras cosas que distingo entre la multitud, es su cara, la cara del único ser humano que logra descontrolarme en este mundo, de EL ser humano que tiene el poder de sacar lo peor de mí sin el más mínimo remordimiento o consideración de mi parte. La cara del personaje que ha logrado amargar gran parte de mi vida, la de mi familia y la de mi niña. Pero me hago la promesa de que no logrará echarlo todo a perder, que no seré infeliz toda mi vida por su existencia, eso lo juro!.

Bueno, ahí esta este enfermo, con una mujer que supuse su abogada y un tipo…, trato de caminar como si no lo hubiera visto, pero siento su mirada sobre mí. Pasamos frente a él y seguimos de largo, más allá nos encontramos con nuestra abogada, cruzamos un par de palabras, le paso algunos documentos y nos devolvemos para tomar asiento y esperar a que nos llamen, todos los trámites son siempre así, hay que esperar eternamente hasta que toque el turno. Por suerte con mi mamá pillamos asientos que nos dejan de espaldas a este tipo, así nos evitamos la desagradable escena de mirarle la cara y evito exaltarme.

Han pasado unos 20 minutos, que parecen eternos, con mi mamá pasamos largos ratos en silencio y cruzamos algunas palabras que ya ni recuerdo, por fin llega nuestra abogada y nos llama, pasamos a otra división del piso, y tal como la vez anterior, a mi mamá no la dejan pasar, tiene que quedarse en esa sala de espera…, pobrecita…, sé que debe ser más largo aún esperar ahí imaginándose lo que puede estar pasando dentro…

Llegamos a un gran pasillo donde muchas personas esperan ser llamadas para comparecer frente al Juez. Hay varias puertas, grandes, de madera y dentro de cada una hay una sala de tribunales, a nosotras nos toca en la 3ª sala, a si que esperamos frente a esa puerta.

Cada vez que se abre una de las pesadas puertas y sale una mujer, generalmente bajita, a llamar a alguien, todos miramos con el nervio propio de un escolar a punto de entrar a rendir su examen final.
- “Pérez –Valenzuela!” dice en voz fuerte la mujer, y entran las personas a las que les toca ir a jugárselas por lo que piensan justo.

En un momento, de la sala que me toca a mí, sale un hombre moreno alto y una mujer rubia, ella abraza a una chica que esta afuera esperando, debe tener unos 14 años. El hombre, con harta pinta de brasilero, se acerca a la chica y le dice “hola hija”, la chica ni se inmuta, no hace ni el más ínfimo gesto por acercarse al tipo, el que con su cara estirada como esperando el beso que no llegará, le dice “te estoy diciendo hola”, la chica seria y sin quitar la vista del frente dice: “Hola poh, ¿qué más querí?”; el tipo se aleja y ella dice “shshsh a la horita que te venís a acordar”, tranquila e inmutable junto a su madre, mientras el hombre, que bien merecido se debe de haber tenido ese desprecio, la mira de lejos. ¡Qué ganas de aplaudirla!, es una notable escena, se merece mis felicitaciones por los cojones.

Por fin sale la mujer pequeña, y dice nuestros apellidos, entramos los dos, cada uno con su abogado. La sala es la misma en la que M.I. estuvo, es bonita, al fondo, en un gran escritorio está la Jueza, una mujer de unos 35 años más o menos, que no tiene para nada pinta de “Jueza”, al menos no como yo me imaginaba que era una. A un lado, en un escritorio más pequeño, está la Consejera Técnica, la misma que interrogo a M.I. la vez anterior. Más cerca de nosotros, a un costado, hay dos mujeres que están frente a un PC, que no tiene participación más que la de grabar en un “pen drive” todo el fallo del tribunal, sí, ya no dan papeles, te entregan un “pen drive”! Lo encuentro muy moderno para mí…

Finalmente, y muy cerca de la puerta por donde entramos, hay dos escritorios, uno a cada lado, cada uno con dos sillas y un micrófono. Cada uno se sienta en una mesa con su abogado y la Jueza se presenta, presenta al resto de las personas que están ahí y da inicio a la sesión.

Comienzan exponiendo ambos abogados, mi abogada parte hablando, primero sobre el tema del régimen de vistas, habla sobre el abandono, sobre que nos negamos a darle lo que él pide (fin de semana por medio, un mes de vacaciones y tantas otras brutalidades considerando que es un desequilibrado y total extraño para M.I.). Luego habla sobre el tema de la “pensión alimenticia” y todo lo que no ha pagado. Después es el turno de su abogada, y comienza el desfile de mentiras, hablando de “los innumerables intentos que hizo para verla y cómo yo se lo impedí”, “habló de agresiones” bla, bla, bla; para proseguir con la “petición de rebaja de pensión alimenticia” por ser “pobre”…. Uff! –pienso- menos mal que me tome un tranquilizante.

La Jueza comienza a hablar sobre los derechos del padre y esas cosas, inevitablemente siento como comienzo a temblar, apoyo los codos en la mesa y cruzo mis manos frente a mi cara, bajo la cabeza y sólo puedo pensar “por favor Dios mío, esto va mal, ayúdame, ayúdame”…

Las cosas siguen en un tono bastante tenso, la Jueza es poco lo que deja hablar, y la verdad es que aunque yo voy preparada con todo lo que tengo que decir por escrito, no logro decir ni la mitad, no se permite fundamentar nada, sólo podemos responder concretamente lo que pregunta, ya que según ella, esta atrasada con otras causas, y no tiene toda la mañana, yo pienso “¿qué me importa que esté atrasada? ¡Aquí hablamos sobre mi vida y la de mi hija, no es mi problema que Ud. esté atrasada!”, evidentemente sólo lo pienso y no digo nada….

El resultado final de toda la sesión, es un “acuerdo”, por mi hubiera seguido con el juicio hasta destrozar a este tipo, presentar los testigos que tengo y los documentos que acreditan la calaña de ser humano que es, para que no le queden ganas de volver a pisar un tribunal conmigo…, pero según mi abogada si seguimos con juicio no conseguiremos nada mejor que el acuerdo que estamos obteniendo, supongo que ella sabe más que yo, a si que confié en ella y accedí.

En pocas palabras, la decisión final es de “visitas TODOS los fines de semana pero en presencia de algún familiar nuestro, que en este caso es mi mamá (porque a mí no se me permitirá estar presente) y el pago de una pensión mínima”. Me consuela haber conseguido que no le dieran lo que él pedió, y aunque las visitas creo son excesivas…, al menos logramos que quedará estipulado que (por lo menos en teoría) se debe respetar la voluntad de M.I. para no obligarla a ver a este tipo cuando ella no quiera.

Salgo del lugar más aliviada, pero un tanto desanimada, me molesta saber que todos los fines de semana estarán marcados por su presencia…. Por ahora se da por terminado el episodio del juicio, hasta que a este tipo se le ocurra demandar denuevo (porque esta es la 2ª vez que lo hace) y tenga que volver a este lugar.

En la noche le cuento a M.I. que hoy estuve en tribunales, que se decidieron visitas todos los fines de semana, y su reacción es llorar sin consuelo…, porque dice que no lo quiere ver, me dice que por qué la tienen que obligar, que para qué la hicieron ir donde la Jueza y le preguntan lo que ella quiere si después no la tomarán en cuenta… y yo?, yo le encuentro toda la razón…., sólo la abrazo, no puedo evitar que mis lágrimas salgan también, mientras le prometo que nadie la va a obligar a hacer lo que no quiere….

¿Qué más puedo decir?, estoy agotada…. y sé que este no es el fin de la historia, sé que JC me seguirá molestando y que en un tiempo más, cuando a él no le guste algo, como por ejemplo no le guste que Mª ignacia no lo quiera, estaremos en tribunales denuevo porque nunca está conforme con nada…

En cuanto a mi niña hermosa…, la llevaré a una psicóloga que la ayude a sobrellevar mejor esto y haré prevalecer su derecho a elegir al máximo de las posibilidades….

Veremos qué pasa….
Un beso a todos,
Soltaire

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No puedo hacerme a la idea de lo duro que debe de ser para ti todo esto, así que sólo me queda desearte ánimo y coraje.

6:36 a. m.  
Blogger Soltaire said...

=)muchas gracias TIPO DE LA BROCHA, de verdad no sabes lo que me ayuda encontrarme con estas palabras tuyas....

Un beso grande,
Soltaire

10:53 a. m.  
Blogger Dulcinea said...

...ánimo...y todo pasa, y esto también pasará, y tu hija, lo entenderá, y aprenderá, a decidir, a pensar, aprenderá lo que es el amor...es un aprendizaje duro...pero aprendizaje al fin y al cabo...

suerte, y besos para llevar mejor ese "Apremdizaje"....
con cariño.

4:17 p. m.  
Blogger Soltaire said...

DULCINEA,
Está claro que todo en esta vida es puro aprendizaje...., espero que todo esto pase pronto no más...

Un beso grande y gracias por tu visita y tu cariño.
Soltaire

2:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

uuuufff..
que complicado asunto..
pero menos mal que no fue peor...
solo queda acostumbrarse a la presencia.. ¿¿o no??

puchas suerte.. mucha fuerza
y garra!!!

10:03 p. m.  
Blogger Soltaire said...

Un gran beso BELLSITY por tu visita y tus palabras...
Espero que nos podamos acostumbrar algún día a la presencia de ese primate enfermo...

Soltaire

11:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Te deseo cojones amiga. Más de los que ya tienes. Aguante washona!!! Habemus mujer con tula... no te vencerán fácilmente. Menos ese pelafustán malacatoso.

Love,
P.

11:51 p. m.  
Blogger Soltaire said...

jajajajaja
Gracias amiga mía, sé que hace falta más que un solo enfermo para derrotarme, pero es más fácil sabiendo que cuento con personas como tú...

Un beso grande
Soltaire

12:27 a. m.  
Blogger ~Ocean Soul~ said...

Y sabes q siempre cuentas con mi apoyo.
Te deseo mucho animo Soltaire!!!!
Gracias por tu comment ^^

Besos Oceanicos

4:32 p. m.  
Blogger Juan Pablo Belair said...

Por ahora un beso de regreso... me encanta la dinámica que ha ido tomando desde el diván, especialmente como se muestra y comunica.

11:15 p. m.  
Blogger Soltaire said...

OCEAN:
Lo sé, muchas gracias! y un beso grande para ti.

JUAN PABLO:
Mi hermano del alma... qué rico tenerte por acá, gracias por tus palabras y por tu presencia.

Un beso,
Soltaire

10:54 p. m.  

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